Oro en tiempos de volatilidad: ¿es el valor refugio que tu cartera necesita?

Oro en tiempos de volatilidad: ¿es el valor refugio que tu cartera necesita?

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La volatilidad continúa marcando el ritmo en los mercados financieros. La guerra arancelaria a nivel mundial, que tuvo su momento clave en el llamado Liberation Day, provocó que los mercados se tiñeran de rojo, para rebotar y alcanzar valores positivos después. Todo ello en una misma jornada bursátil. 

Ante esta situación, la pregunta más formulada por los inversores parece obvia: cómo capear dicha volatilidad sin que las carteras pierdan rentabilidad. Es aquí donde la inversión en oro capta la atención de muchos inversores y recupera su papel tradicional como activo refugio durante los periodos de gran volatilidad en los mercados financieros. Aunque el oro suele desempeñar eficazmente esta función, no es inmune a los riesgos, ya que su precio puede verse influido por factores  macroeconómicos, variaciones de los tipos de interés y cambios en la confianza de  los inversores. 

Aunque el rendimiento pasado no garantiza resultados futuros, cabe destacar que en 2025 el precio de este metal precioso ha alcanzado máximos históricos. El pasado 22 de abril de 2025 logró romper la barrera de los 3.500 dólares la onza, según datos de Bloomberg. Y aunque recientemente el oro ha experimentado una corrección, que lo hizo retroceder por debajo de los 3.200 dólares el pasado 16 de mayo, según Bloomberg, las subidas acumuladas en lo que va de año (YTD), que rondan el 25% y se refieren exclusivamente a la evolución del precio del oro como materia prima, todavía compensan esta caída puntual. 

No obstante, es importante tener en cuenta que la inversión en oro también conlleva riesgos relevantes. A pesar de su historial como valor refugio, el oro puede experimentar una alta volatilidad y caídas significativas, como ocurrió en 2013. Factores como el fortalecimiento del dólar, subidas de tipos de interés o cambios en la política monetaria pueden impactar negativamente su evolución. Además, en ciertos contextos, el precio del oro puede subir de forma muy rápida por motivos especulativos y luego caer bruscamente — un comportamiento que se conoce comúnmente como una burbuja. También pueden producirse correcciones, que son  bajadas moderadas del precio tras una subida fuerte y forman parte del comportamiento normal del mercado. 

Si se accede al oro mediante productos financieros, deben considerarse los costes asociados —como comisiones o gastos de gestión— que pueden reducir la rentabilidad. También existen riesgos operativos, como el robo (en el caso de oro físico) o la concentración sectorial al invertir en instrumentos temáticos. 

Sin embargo, a finales de marzo de este año, Bank of América elevó sus previsiones de precios medios del oro para este año y el próximo, proyectando una media de 3063 dólares por onza a finales de 2025 y un nuevo aumento hasta los 3350 dólares en 2026. Esto supone un aumento con respecto a sus previsiones anteriores de 2750 dólares para 2025 y 2625 dólares para 2026. 

No obstante, estas previsiones son únicamente estimaciones en un escenario favorable. En un escenario neutro o de estabilización, el precio podría mantenerse en niveles similares a los actuales (~3.200 USD), mientras que en un escenario adverso, factores como el fortalecimiento del dólar o una subida de tipos podrían presionar el precio a la baja, situándolo incluso por debajo de los 2.800 USD. 

Estas cifras no tienen en cuenta los costes asociados a la inversión en productos vinculados al oro, cuya rentabilidad final podría verse afectada por comisiones, gastos de gestión u otros costes aplicables. 

*Los escenarios presentados son una estimación del rendimiento futuro basada en evidencia del pasado sobre cómo varía el valor de esta inversión, y/o las condiciones actuales del mercado y no son un indicador exacto. Los resultados pueden variar según la evolución del mercado y el plazo de la  inversión. El rendimiento futuro está sujeto a impuestos que dependen de la situación personal del inversor y pueden cambiar. No hay garantía sobre el capital invertido, y la inversión puede conllevar pérdidas. El Fondo no ofrece garantías de capital. Las previsiones no son un indicador fiable del rendimiento futuro. 

Tenga en cuenta que las devoluciones pueden aumentar o disminuir como resultado  de las fluctuaciones monetarias. 

El oro, aunque no exento de riesgos y sujeto a influencias como los cambios macroeconómicos y las variaciones de los tipos de interés, se ha considerado a menudo una fuente de estabilidad en tiempos de incertidumbre, una percepción que sigue teniendo peso en el entorno actual. Aunque este historial ofrece un contexto útil, es importante recordar que el rendimiento pasado no es garantía de resultados futuros. En este artículo, analizamos el papel del oro como posible refugio seguro y cómo podría complementar una estrategia de inversión diversificada. 

¿Por qué el oro suele considerarse un valor refugio? 

A lo largo de la historia, la inversión en oro ha sido percibida como un refugio seguro frente a la inestabilidad política y económica, brindando confianza a quienes lo poseen debido a su alto valor y facilidad de transporte.

En 2024, según World Gold Council (WGC), la demanda de oro, incluido el comercio extrabursátil, OTC (es un mercado descentralizado donde se negocian instrumentos financieros acciones, bonos, divisas, etc.), alcanzó las 4.974 toneladas, lo que supuso un 1% más que en el año anterior. La tendencia alcista se ha mantenido en el primer trimestre de 2025. 

Los bancos centrales continúan aumentando sus compras de oro como estrategia para diversificar sus reservas, especialmente buscando reducir la dependencia del dólar estadounidense. En 2024, compraron más 1.000 toneladas de oro, según el WGC.  

Conviene recordar que el oro ha contribuido históricamente a preservar el poder adquisitivo en entornos de precios al alza, ofreciendo a menudo rendimientos reales positivos en períodos de inflación elevada, aunque este efecto puede producirse con un desfase de varios meses y variar en función de las condiciones generales del mercado. 

Factores que pueden afectar negativamente al oro 

Aunque las tendencias históricas ponen de relieve el potencial del oro, es importante recordar que el rendimiento pasado no es un indicador fiable de los resultados futuros. 

De hecho, según datos de FactSet, su precio ha mostrado volatilidad significativa en ciertos periodos. Por ejemplo, en 2013, el precio del oro cayó cerca de un 30%, a menos de 1.300 dólares por onza. Factores como las fluctuaciones en los tipos de interés, la fortaleza del dólar y cambios en la demanda pueden contribuir a estas variaciones. 

En este sentido, también hay que tener en cuenta que durante periodos de estabilidad  económica o cuando la inflación se modera, el atractivo del oro puede disminuir. En tales contextos, los inversores pueden preferir activos que generen más rentabilidad, lo que puede llevar a una menor demanda de oro y, en consecuencia, a una posible depreciación de su precio. 

Por último, también hay que explicar cómo en los últimos años han surgido nuevas dinámicas que afectan el papel del oro como refugio. Por ejemplo, cambios en el comportamientos de los inversores hacia activos más líquidos que el oro, o los realineamientos geopolíticos, es decir, tensiones internacionales han impulsado a países como Estados Unidos a aumentar sus reservas de oro, lo que puede influir en  su precio y percepción como activo estratégico. También, la irrupción de los activos digitales, que han ganado popularidad como alternativas al oro, especialmente entre inversores jóvenes y tecnológicamente orientados.

El panorama actual de los mercados: alta volatilidad y posibles riesgos 

Los mercados globales muestran fluctuaciones intensas debido a: 

  • Inflación persistente: a pesar de cierta moderación, la inflación supera objetivos en muchas economías avanzadas. 
  • Política monetaria estricta: con la Reserva Federal de EEUU presionada por la inflación y quizás optando por tipos de interés más altos durante más tiempo, se mantiene la presión sobre activos de riesgo.  
  • Geopolítica y comercio: las tensiones entre grandes potencias y las amenazas de nuevos aranceles parecen no haber llegado a su fin, un hecho que sigue generando nerviosismo en los mercados. 

Llegados a este punto, hay que comentar cuáles son las posibles formas de invertir en oro: 

  • Comprar oro físico: desde lingotes de oro y monedas de oro hasta piezas de joyería en oro de 24 o 18 quilates. Invertir en este metal de forma físico es la vía tradicional, aunque conlleva un mayor riesgo de robo y obliga a contar con un lugar seguro donde guardarlo. 
  • Acciones de oro: existen empresas dedicadas a la minería, extracción y comercialización de este metal precioso. Invertir en acciones de oro es apostar directamente por compañías que se dedican a la explotación de minas de oro o por empresas que comercian con él. Vale la pena señalar que el precio de estas acciones relacionadas con el oro puede estar correlacionado con el precio del oro, aunque también está influenciado por factores específicos de la empresa, como los costes de producción, las decisiones de gestión y los  riesgos geopolíticos, junto con las tendencias más amplias del mercado, el sentimiento de los inversores y las cuestiones regulatorias o ambientales. 
  • ETF temáticos de mineras de oro: Los ETF temáticos de minería aurífera, un tipo de fondo cotizado en bolsa gestionado de forma pasiva que cotiza en el  mercado de valores como las acciones individuales, se centran específicamente en empresas dedicadas a la minería aurífera y actividades relacionadas. En lugar de poseer oro físico, estos ETF ofrecen exposición a una cartera diversificada de empresas mineras auríferas, lo que permite a los  inversores beneficiarse del rendimiento del sector. Por lo tanto, cuando inviertes en un ETF temático de minería de oro, no estás comprando oro físico, sino que estás obteniendo exposición a una cartera diversificada de empresas mineras de oro a través de participaciones en el fondo. Aunque las acciones de las empresas mineras auríferas pueden moverse en consonancia con los precios del oro, sus rendimientos pueden verse impulsados por otros factores, lo que puede dar lugar a periodos de divergencia con respecto a la materia prima subyacente, como se ha comentado anteriormente. Además, los ETF de minería de oro tienen sus propias consideraciones, como el ratio de gastos totales (TER), que es el coste anual total de poseer un fondo, así como riesgos específicos de los ETF, como los errores de seguimiento (desviación entre el fondo gestionado pasivamente y su índice). En consecuencia, aunque estos fondos ofrecen una forma cómoda de obtener una exposición diversificada al sector minero aurífero, los inversores deben ser conscientes de los riesgos específicos asociados tanto a las empresas subyacentes como a la propia estructura del ETF. 

¿Qué desventajas tiene la inversión en oro? 

Como todo vehículo de inversión, el oro también tiene su parte negativa, y existen ciertas desventajas a la hora de invertir, como por ejemplo:  

  • Burbuja potencial: algunos analistas señalan que el oro podría estar sobrevalorado en relación con otras materias primas.  
  • Volatilidad propia: aunque ayuda a diversificar la cartera, el oro no es inmune a caídas bruscas en periodos cortos.  
  • Costes agregados: como por ejemplo spread de compra/venta (diferencia  entre precio de compra y de venta), comisiones de ETFs o almacenamiento, en el caso del oro físico. 
  • Concentración sectorial: tener un fuerte posicionamiento en oro o en activos relacionados con el oro aumenta la exposición a una única clase de activos, lo que hace que la inversión sea más vulnerable a los riesgos específicos del sector.

Este contenido puede ser catalogado como material de marketing. No constituye una recomendación ni propuesta de inversión. La inversión contiene riesgos y rentabilidades pasadas no son garantía de rentabilidades futuras.


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